Os damos las claves de lo que sería una canastilla perfecta, el regalo que todo recién estrenado papá y mamá desearía tener… incluso sin saberlo! 😉 Si bien es cierto que nos tiene que entrar totalmente por los ojos, también lo es que cuanto más útil mucho mejor. Los biberones están muy bien, pero normalmente acabamos comprando otros que no tienen nada que ver, de la marca que nos ha recomendado nuestro farmacéutico, pediatra o un amigo. ¿Qué es lo más útil, y bonito, que nos suele gustar a todos en una cesta de bebé?
1. La manta (oh sí! nunca se tienen mantitas suficientes, y cuanto más amorosa sea mucho mejor)
2. Muselinas o gasitas para cuando sacamos al bebé los gases, para arroparle, etc. En realidad sirven para todo! Al principio, sobre todo si somos primerizos, podemos mirarlas con extrañeza, pero pueden convertirse en un aliado tan poderoso como las toallitas infantiles…
3. Bodies: al igual que las mantitas, aunque sólo sea aplicable a una temporada… nunca se tienen suficientes! Si los vamos a escoger nosotros, y el regalo es para un recién nacido, son perfectos los que envuelven al bebé y se cierran por la parte delantera en vez de entrar por la cabeza.
4. Gorrito, manoplas y patucos. Y, si pueden ser originales, muchísimo mejor! Siempre es bonito guardar alguna cosilla de cuando el peque era recién nacido, y las cosas especiales y personalizadas suelen llevarse, claro, la palma.
5. Jabones, cremas para bebés, colonias y productos variados de higiene infantil. Ya que nos metemos a fondo lo hacemos bien! Como para gustos están los colores nada mejor que escoger unos buenos comodines, productos de farmacia o ecológicos que siempre van a gustar a todos los padres.
¿Que vamos a preparar nosotros la canastilla? Perfecto! Podemos adquirir todo tipo de cestas en tiendas multiprecio y supermercados, un poco de papel celofán transparente, una cinta de regalo bonita (o cuerda, fibras naturales, en función del contenido para que quede más bonito) et voilà! Ya tenemos lista la cesta de nacimiento más bonita, y súper personalizada, del mundo. No hay límites a la imaginación, ni en el interior ni el exterior, y si no nos convencen las cestas siempre podemos utilizar macetas, regaderas, cajas (como las de fruta, envejecidas, que quedan chulísimas)… las posibilidades son infinitas!
¿Qué meteríais vosotros?
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