Hoy os queremos hablar de dos festivales tailandeses que son pura magia! Suelen celebrarse a mediados de noviembre (en nuestro calendario), y llenan cielo y agua de preciosas luces… sí, como en la película de Enredados!
Loi Krhatong, Tailandia: Foto de John Shedrick (Flickr)
En el llamado Loi Krathong se preparan bonitas cestas decoradas (de nombre Krathong), a modo de coronas flotantes, que posteriormente depositan sobre el agua y dejan correr por ríos, canales y estanques, mientras piden un deseo. Los Krathong tradicionales se preparan con una parte del tronco de un árbol de plátano y lirios, para que se deshagan poco a poco convirtiéndose en alimento de los peces. Decorados con varias hojas de plátano cuidadosamente plegadas, suelen llevar varitas de incienso, velas e incluso monedas pequeñas como ofrenda a los espíritus del río. Esta bonita tradición se celebra en la noche de luna llena del mes 12 del tradicional calendario lunar tailandés, en todo el suroeste Tai (Tailandia, Laos, Shan, Tanintharyi, Kelantan, Kedah y Xishuangbanna).
Loi Krhatong, Tailandia: Foto de Philip Hayward (Flickr)
Hay concursos para ver cuál es el mejor Krathong y, por si el festival en sí no fuera suficientemente espectacular, en los últimos años lo amenizan con preciosos fuegos artificiales. Hay diversas versiones sobre su origen, pero nos ha gustado especialmente la que cuenta que, al lanzar el krathong, los tailandeses dejan ir con él sus pensamientos negativos: ira, odio y todo lo que les corrompe. De hecho, son muchos los que dejan un recuerdo de sí mismos en él (uñas cortadas, pelos… moraleja: es muy bonito pero, si vais, mejor no lo toquéis mucho jajaj).
Yee Peng, Tailandia: Foto de John Shedrick (Flickr)
Casi al mismo tiempo se celebra el impresionante festival nocturno de Yee Peng, al norte de Tailandia, donde miles de linternas flotantes inundan el cielo llenándolo de mágicos puntos de luz (como en la película de Rapunzel, pero más bonito ;)). Sus farolillos, llamados Khom loi, están hechos con una fina tela parecida al papel de arroz, que estiran sobre un marco de alambre y bambú. Es un espectáculo precioso, pero dada su peligrosidad (se elevan por aire caliente al encenderlas) cada vez están más sujetos a las restricciones gubernamentales. Durante el festival la gente decora también sus casas, jardines y templos con espectaculares linternas de mil formas y colores.
Si tenéis la fortuna de poder viajar a Tailandia por estas fechas, uno de los mejores sitios para disfrutar de ambas celebraciones (sí, todo juntito!) es Chiang Mai, la antigua capital del reino de Lanna y la ciudad más grande del norte de Tailandia, donde podréis ver las luces por tierra, agua y aire.
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