Queremos que nuestros hijos/as vivan en un mundo donde puedan tener oportunidades para cumplir sus sueños, sean respetados y puedan expresar quiénes son con libertad.
Si deseamos un mundo igualitario y tolerante tenemos que empezar por nuestro propio espacio familiar creando un ambiente de seguridad, confianza y amor donde los niños y niñas vivan en igualdad y respeto.
¿Cómo hacer que nuestro entorno familiar sea un espacio igualitario?
Empecemos por mirarnos a nosotros/as mismos/as, tenemos que ser conscientes que estamos educados dentro de un sistema patriarcal que establece unos roles de género definidos que empleamos sin darnos cuenta. Por ello, tenemos que ser capaces de reconocer todas esas pequeñas conductas que hacemos de forma inconsciente y que siguen perpetuando estos roles y estereotipos de género. No te preocupes, esto nos pasa a todos/as, sólo tienes que estar alerta para que poco a poco puedan desaparecer.
Quiero presentarte algunas claves para ayudarte a combatir estas actitudes y generar un espacio de igualdad en tu propia familia. Consigamos que los/as niños/as no lleven esta mochila discriminatoria y crezcan en libertad y equidad.
La crianza y la gestión del hogar es de todos/as
La familia es un equipo, todos/as tentemos que aportar nuestro esfuerzo, tiempo y trabajo, sin dividirlo por género. La maternidad y paternidad es una responsabilidad compartida en la que ambos deben estar presentes. Tus hijos/as os necesitan a los dos en igualdad de cuidados y tiempo.
La crianza es una tarea de trabajo en equipo, es un proyecto común. Evidentemente existen miles de situaciones y características dentro de cada entorno familiar que nos impiden o favorecen el reparto de cuidados, pero intentemos conseguir una equidad en el tiempo y responsabilidad hacia nuestros/as hijos/as.
La gestión del hogar es para todos/as. Implica a tus hijos/as.
Que todos/as podamos saber hacer de todo, aunque nos guste más una cosa u otra. Nunca asignemos tareas preconcebidas por los roles. Una niña puede aprender a colgar un cuadro o cambiar una bombilla como un niño a cocinar o fregar los platos. El mejor ejemplo es que como madre o padre también seamos capaces de hacerlo.
Esto hará que nuestros hijos sean totalmente independientes pero sobre todo, dejaremos de perpetuar las tareas domésticas con el rol de género femenino.
Los juguetes y colores no son de nadie
Desde pequeños/as ya nos diferencian con un simple color el azul y el rosa. ¿De verdad los colores tienen dueño? No dejes que tus hijos/as ya estén diferenciados desde el minuto 0 de su existencia. No diferencies colores por sexo, utiliza todos los que quieras y cuando tus hijos/as crezcan deja que se identifiquen con el color que más les guste a ellos.
Con los juguetes pasa igual. Piensa un segundo, imagínate en una tienda de juguetes ¿Qué te encuentras? Juguetes divididos entre géneros ¿verdad? Esto sigue contribuyendo a una construcción social desigualitaria desde la infancia.
Los juegos no deben entender de roles de género, son para todos/as los/as niños/as, no les pongas tú el apellido “esto es de niños o de niñas”, esto sólo lo hace el adulto, porque los niños/as solo quieren jugar libremente a lo que desean.
Da a tus hijos/as la libertad de elegir sus juguetes, ofréceles la oportunidad de experimentar así podrán descubrir sus gustos, inquietudes e intereses.
Lenguaje respetuoso e igualitario
El lenguaje es transmisor de muchos estereotipos y prejuicios, por eso debes estar alerta de cómo utilizarlo, tú decides que quieres transmitir a tus hijos/as. Existen muchas expresiones machistas, que utilizamos de forma inconsciente como “los niños no lloran”, “no seas tan bruta jugando pareces un niño”, etc.. se te ocurren muchas más ¿verdad? Intenta que no ocupen un lugar en tu entorno familiar.
Pero lo fundamental es que entre los/as miembros de la familia os habléis con respeto. El lenguaje es un medio de afecto y transmisión de valores. Si practicamos con nuestros/as hijos/as la buena comunicación en un futuro serán personas asertivas y respetuosas.
Expresando emociones
En el reparto de roles de género, se asigna al femenino la expresión de emociones, por ello se dice “que somos más sensibles”, pero no los somos, sólo que se nos ha permitido exteriorizar lo que sentimos y al rol masculino no.
Pero las emociones son de todos/as y tenemos que aprender a expresarlas y gestionarlas. Por ello, tenemos que darle la importancia que se merece en la educación de nuestros hijos/as.
Dejemos que expresen todas las emociones que sientan independientemente del sexo y ayudémosles a saber canalizar y gestionar cada una de ellas en todas las situaciones. De esta forma les daremos herramientas para que sufran menos y no hagan daño a los /as demás.
Es bueno que todos/as los miembros de la familia expresemos cómo nos sentimos, así nuestras relaciones serán más sinceras y sanas.
Educa a tus hijos para que sean ellos/as mismos/as y que persigan sus sueños
No hay una forma mejor que explicar este punto que como lo hace Raquel Díaz Reguera en su cuento, “Voy Conmigo” que te recomiendo que lo tengas en tu estantería.
Estamos en una sociedad donde nos educan desde pequeños a gustar y complacer a los demás, sobre todo en el género femenino, “siempre tenemos que estar guapas”. Desmontemos este concepto y aprendamos a gustarnos a nosotros/as mismos/as.
Si tus hijos/as creen en ellos/as, serán niños/as felices. Apóyales a que encuentren su propia identidad y estén orgullos/as de ser quienes son, sin dejarse llevar por lo que les digan que tienen que cambiar para gustar a los demás, sean niños o niñas.
Esta identidad les hará buscar sus sueños y lograr lo que se propongan. No seas tú el obstáculo para sus logros, sino dales fuerza para luchar, energía para llegar a la meta y amor para que no sientan que están solos/as.
Deja que se pregunten el porqué
Que los/as niños/as se pregunten el porqué, experimenten su camino, se sorprendan, se cuestionen, inventen y creen maneras diferentes de actuar hará que sean más libres, felices, creativos/as y únicos/as.
No dejes que les impongan lo establecido, lo que esta bien para la mayoría. Fomenta en tu entorno familiar a que se pregunten por que hacen las cosas, que busquen su propia manera de vivir su vida, sin pensar en su género.
Eduquemos a personas no a hombres y mujeres, que crean en la igualdad, en la riqueza de la diversidad y que sean capaces de soñar y vivir libremente sin etiquetas, géneros y discriminaciones.
La autora del post de Igualdad en Familia es Raquel Azcárate, Trabajadora Social, especialista en Educación y Desarrollo, y Creadora de la Plataforma Soy Mundo, un espacio donde podrás encontrar contenidos sobre Educación para el Desarrollo, Igualdad de Oportunidades, educación en valores u otros conocimientos relacionados con el planeta. Su objetivo es nada más y nada menos que formar mentes críticas, responsables, tolerantes y libres… una maravilla en los tiempos que corren 😉 por lo que te animamos a visitarla.
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